La evolución del mercado laboral ha llevado a un cambio profundo en los modelos de contrato. El auge de los contratos temporales, que proporcionan una mayor flexibilidad a las empresas, ha provocado que el contrato indefinido se vea gradualmente apartado.
Los datos del Servicio Público Estatal de Empleo señalan que, en el año 2019, un 85% de los contratos realizados en España fueron eventuales o por obra y servicio. Del mismo modo, un estudio de Audiolís apunta que, de todos los contratos firmados hasta octubre de ese mismo año, solo un 7% de ellos eran indefinidos.
Las causas de esto se deben a que el contrato indefinido, el más apreciado por los trabajadores, supone que la empresa tenga que pagar una mayor indemnización por fin de contrato respecto a los contratos temporales. Sin embargo, esto no significa necesariamente que el contrato temporal sea siempre una mejor opción para el empresario. De hecho, el contrato indefinido puede ser una inversión más rentable a largo plazo, especialmente si se cuenta con una buena organización y estrategia de empresa.
Qué es un contrato indefinido
Antes de entrar en profundidad en sus requisitos y en cómo elaborarlo, es necesario conocer bien qué es un contrato indefinido y cuáles son sus características. Para empezar, un contrato indefinido es aquel que establece una relación laboral entre empleado y empresa, siempre sin fecha de finalización determinada. Es decir que, si ni empresa ni empleador hacen nada para que finalice, este se mantendrá indefinidamente.
El contrato indefinido puede formalizarse tanto por escrito como verbalmente, aunque en algunos casos será necesario que se haga por escrito, siendo algunos de estos casos los contratos fijos discontinuos, los de trabajo a distancia, los contratos indefinidos a un trabajador discapacitado o los contratos indefinidos a tiempo parcial. También será necesario realizarlo por escrito siempre que una de las partes firmantes así lo exija.
En aquellos casos en que el contrato se formalice verbalmente cuando no debiera y no se puedan aportar pruebas de lo contrario, se considerará automáticamente un contrato indefinido a jornada completa. Por esto es tan importante tanto para el empresario como para el trabajador contar con los documentos firmados y organizados.
Tipos de contrato indefinido
No hay un solo tipo de contrato indefinido. Además del ordinario, existen otros tipos de contratos indefinidos, cada uno con cláusulas y características específicas, que conviene conocer.
Contrato fijo discontinuo
Este es un tipo de contrato indefinido que se aplica cuando la empresa necesita la labor del trabajador de forma indefinida pero también discontinuamente. Es el caso de aquellos trabajadores que trabajan cada año en un determinado puesto, pero únicamente mientras dura una actividad determinada de la empresa. Son algunos ejemplos los monitores de esquí o los socorristas de piscina.
Contrato indefinido a tiempo parcial
Es aquel en que la relación laboral constará de un horario inferior al considerado como jornada completa, es decir, 40 horas semanales, que por lo común se distribuyen en 8 horas diarias.
Existen también otros, como el contrato indefinido para personas con discapacidad en centros especiales de empleo, el contrato indefinido de apoyo a los emprendedores o el contrato indefinido para mayores de 52 años beneficiarios de subsidio por desempleo. Se trata de diferentes modalidades orientadas, en su mayoría de casos, a fomentar el uso de este tipo de contratos para personas de determinados perfiles a cambio de distintos incentivos para la empresa.
Requisitos de un contrato indefinido
Para que un contrato sea válido, lo primero es que el contratante tenga capacidad legal para ello. Los requisitos, según el Ministerio de Trabajo y Economía Social, son los siguientes:
- Ser mayor de edad
- Ser un menor de 18 años legalmente emancipado
- Mayores de 16 y menores de 18 que viven de forma independiente con el consentimiento de sus padres o tutores o que tengan su autorización para ello
- Extranjeros cuya legislación aplicable lo permita
Una vez cumplido este necesario paso previo, queda centrarse en los requisitos del contrato en sí. Para que una plantilla de contrato indefinida sea válida debe contar con la siguiente información:
- Datos personales del trabajador
- Datos de la empresa
- Duración del periodo de prueba
- Jornada que el trabajador va a prestar
- Retribución salarial a percibir
- Periodos de vacaciones que corresponden
- Características concretas de los servicios que el trabajador llevará a cabo, grupo profesional y clasificación incluidos.
- Convenio colectivo que se aplica
Es posible encontrar multitud de estas plantillas y la misma página oficial del SEPE pone a disposición unos modelos en PDF que, lógicamente, reunen todos los requisitos.
Todo esto debe desarrollarse en las cláusulas correspondientes, a las que se puede añadir cualquier cláusula adicional que la situación tanto del puesto como del trabajador o la empresa ameriten. Además, el empleador deberá comunicar al SEPE de forma oficial la realización del contrato en un periodo de 10 días tras su inicio.
Ventajas del contrato indefinido
Sin embargo, esta diferencia es mucho menos significativa a largo plazo cuando se compara con sus potenciales beneficios:
Se fideliza el talento
Un trabajador fijo se sentirá más valorado por la empresa y, al encontrarse en una posición mucho más estable, es más probable que se comprometa en mayor medida con la empresa y que incluso se identifique con ella bajo las estrategias adecuadas.
Se ahorra tiempo de onboarding
Con una plantilla de trabajadores fijos, la llegada de personal nuevo es mucho menos frecuente, y por tanto la inversión de tiempo y recursos que implica formarlos y probarlos se reduce drásticamente. El onboarding, que tan importante es para retener los nuevos buenos trabajadores, es menos numeroso y se puede atender mejor.
Permite acceder a bonificaciones
Con el propósito de incentivar este tipo de contratación, hay casos en que la firma de un contrato indefinido supone beneficios fiscales para la empresa, como al contratar personas con discapacidad, parados de larga duración o trabajadores en riesgo de exclusión social, entre otros.