Si bien la definición y las características más importantes del contrato laboral forman parte de la cultura general relacionada con el trabajo en España, el concepto de contrato mercantil resulta menos conocido y algo más confuso.
Para empezar, es importante tener claro que un contrato mercantil es, ante todo, un acto jurídico. Es decir, un hecho que produce unos efectos legales concretos para las partes que lo suscriben. Dichas partes, en este caso, pueden ser tanto empresas como trabajadores por cuenta propia que actúan en su propio nombre y de manera independiente, en igualdad de condiciones.
Por tanto, podemos decir que un contrato mercantil es un acuerdo en el que personas físicas o jurídicas pactan una prestación de servicios sin quedar por ello vinculados por una relación laboral.
Este punto es esencial, ya que constituye la principal diferencia entre un contrato ordinario y un contrato mercantil. En el primero, un trabajador entra a formar parte de la plantilla de una empresa y adquiere una serie de compromisos con la misma, así como determinados derechos. En el segundo, en cambio, el profesional que firma el contrato no se encuentra bajo la dirección del empresario, sino que lleva a cabo sus funciones de forma libre.
Características y requisitos del contrato mercantil
En España la figura del contrato mercantil viene regulada por el Código de Comercio. Podemos resumir sus características y requisitos fundamentales señalando los siguientes puntos:
- Para que un contrato mercantil resulte válido ambas partes deben mostrar su acuerdo sin que medien vicios de consentimiento
- Las dos partes deben encontrarse en situación legal de ejercer sus derechos sin ningún tipo de impedimento
- La prestación que vaya a realizarse ha de ser completamente lícita y no violar ningún precepto legal vigente
Además, todo contrato mercantil debe incluir los siguientes elementos para que se considere legalmente válido y pueda desplegar sus efectos:
- Datos que permitan identificar a las partes (nombre, razón, social, NIF, etc.)
- Descripción del servicio que vaya a prestarse
- Obligaciones a las que quedan sujetas las partes firmantes del contrato, así como las consecuencias derivadas de su incumplimiento
- Duración del contrato
- Forma de pago
- En algunos casos es posible pactar también una jornada laboral, siempre y cuando la naturaleza de la actividad de la empresa limite la posibilidad de prestar servicios a un margen horario concreto
Tipos de contratos mercantiles
Al igual que ocurre con los contratos laborales, los contratos mercantiles presentan diversas modalidades:
- De crédito y préstamo.
Se lleva a cabo por entidades bancarias con el objeto de llevar a cabo una prestación económica que ha de devolverse con intereses
- De colaboración
Es uno de los más comunes, en los que una parte acuerda llevar a cabo una actividad para la otra
- De seguro
En este tipo de contrato una agencia aseguradora ofrece a la otra parte una determinada cobertura de protección ante imprevistos a cambio de una cuota
- De cambio
Se acuerda el intercambio de unas prestaciones de servicios o la entrega de unos bienes a cambio de otros
- De custodia o conservación
Como su nombre indica, una parte encarga a otra el cuidado de un bien durante un tiempo determinado
- De garantía
Se trata de una cesión de título sobre un bien a cambio de un pago, como en el caso de una hipoteca
Ventajas y oportunidades
La ventaja fundamental que encuentran las empresas en el contrato mercantil es sin lugar a dudas la económica. Al no tener que pagar el IRPF del prestador de servicios ni darle de alta en la Seguridad Social, se ahorran un importante desembolso. Además, la empresa o el profesional contratante no tienen que cumplir con obligaciones que resultarían gravosas o limitantes en un contrato ordinario, como las bajas, los permisos, las vacaciones o las indemnizaciones por extinción del vínculo laboral.
Para la parte contratada también existen importantes beneficios. En primer lugar, lógicamente, la comodidad de no estar sujeto a la supervisión de un superior jerárquico y tener la oportunidad de organizar el tiempo de trabajo a conveniencia propia. Asimismo, el contrato mercantil ofrece una ocasión de incrementar el prestigio laboral cuando se está labrando una carrera.
Es importante mencionar en este punto a los trabajadores autónomos económicamente dependientes, los famosos TRADE. Un TRADE es un autónomo que obtiene más del 75% de sus ingresos de un mismo cliente; una circunstancia que le permite firmar un tipo especial de contrato mercantil, en el que sí se reconoce el derecho a indemnización por despido y un mínimo de 18 días de vacaciones.