El uso de las deducciones fiscales puede suponer para muchas empresas una de las herramientas más útiles y efectivas para conseguir liquidez.  Por este motivo, sumado al hecho de que entre algunas de las deducciones más habituales de cualquier empresa se encuentra la amortización de sus activos, es la propia Hacienda quien facilita unas tablas de coeficientes de amortización lineal para facilitar el ejercicio.

Con esto en cuenta, se debe saber que es posible aplicar la libertad de amortización sin tener en cuenta dichas tablas. Y será justo en este punto donde las empresas, sobre todo las PYMEs, pueden resultar muy beneficiadas al poder aplicar una serie de gastos deducibles en el ejercicio para incluir aquellos que más le compensen. 

En qué consiste la libertad de amortización

Se define la libertad de amortización como un incentivo fiscal que implica la capacidad del sujeto pasivo, en este caso la empresa, de determinar el ritmo de depreciación fiscal de determinados activos, siempre que estos sean aplicables, y sin necesidad de ajustarse a alguno de los métodos de amortización que se incluyen en la normativa fiscal.

Dicho de otro modo, es un incentivo fiscal que permite a las empresas determinar de manera libre el ritmo de depreciación de sus activos fijos e inversiones inmobiliarias. 

Los expertos indican que este simple hecho puede marcar una clara diferencia. De hecho, es posible ahorrar hasta un 30% en impuestos durante los primeros años si se cumplen una serie requisitos.

    1. Creación de empleo: solo podrá utilizarse la libertad de amortización si la empresa que realiza el ejercicio ha incrementado su plantilla en los últimos 24 meses desde el inicio y siempre que este incremento se mantenga durante 24 meses más tras su aplicación. En el caso de no cumplir con ello, la empresa deberá devolver el exceso de deducción junto los intereses correspondientes.
    2. Cuantía: es posible amortizar los primeros 120.000 € gracias a la creación de nuevos puestos de trabajo creados durante el ejercicio.
    3. Elementos de inmovilizado: Porque no todos los activos de una empresa pueden ser amortizados libremente, es necesario conocer cuáles son los que sí cumplen con los requisitos para ello. Entre ellos, se encuentran:
  • Elementos de inmovilizado material intangibles adquiridos durante los 5 primeros años desde su fecha de calificación.
  • Activos mineros.
  • Gastos de investigación y desarrollo que puedan ser contabilizados como activos intangibles.
  • Inversiones con creación de empresas que se hayan realizado con otras empresas de reducida dimensión.
  • Activos nuevos afectos a actividades económicas que se hayan adquirido en los últimos años siempre y cuando se haya mantenido su plantilla de trabajadores de la empresa.
  • Elementos de inmovilizado material nuevo con importe unitario que supere los 601,01 € y que, a su vez, hayan sido adquiridos por contribuyentes que tributen por módulos. El límite conjunto está estipulado en 3005,06 € anuales.

Beneficios de libertad de amortización

Aún si no se cuentan los conocimientos legales y financieros es necesario saber que, a diferencia de la amortización lineal, donde cada año se deprecia el activo en el mismo valor, la libertad de amortización ofrece la posibilidad de aplicar una depreciación mayor durante los primeros años. Con esto, será posible aumentar los gastos deducibles correspondientes a ese año y reducir, por consiguiente, la base imponible. Es más, es posible que dependiendo de la situación de cada empresa sea mucho más eficiente amortizar todo el activo fijo de la misma en un solo ejercicio.

Igualmente se debe saber que, durante los últimos años de la vida útil del activo, los gastos sí han ser contabilizados, tanto a pérdidas como a ganancias; así que no podrán incluirse como gastos deducibles. 

El resultado de su utilización es que la empresa será capaz de contar con una mayor liquidez durante los primeros años, que es donde habrá contribuido a generar más beneficios.

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