El ROA es un concepto que, aunque no se maneje de manera general, si es necesario para conocer el estado de la empresa con respecto a su crecimiento. De hecho, se trata de un valor numérico capaz de ofrecer información real acerca de la rentabilidad de cualquier tipo de empresa o compañía.

De hecho, y sin importar de si es una pequeña o mediana empresa, el ROA es uno de los indicadores más valorados por los inversores a la hora de asegurar la obtención de beneficios. 

Qué es el ROA y qué utilidad tiene

Se conoce como ROA al ratio financiero capaz de medir la capacidad de generar ganancias. Las siglas ROA hacen referencia a Return on Assets, que se traduce como Retornos sobre Activos y es, sin duda alguna, uno de los indicadores más fiables para determinar la rentabilidad de una empresa.

Conocer el ROA de la empresa es la forma más eficiente de saber si la empresa es capaz de utilizar eficientemente sus activos. Así pues, si este indicador va incrementándose con el tiempo, ya que la inversión inicial siempre suele ser la más alta, significará que la empresa va por buen camino.

En caso contrario, si la empresa no es capaz de aumentar el porcentaje de ROA, será necesario comenzar a realizar todas las acciones necesarias para mejorar la gestión de los recursos, lo que se traduce en encontrar una vía rápida para reducir todo el stock inmovilizado y asegurar la venta rápida de todos los productos. También es posible subir el precio de la mercancía, aunque este método solo es válido para empresas con un margen de beneficio acorde.

Cómo calcular el ROA

Para calcular correctamente el ROA es necesario aplicar la siguiente fórmula:

  • ROA = Beneficio Neto / Activo total

El beneficio neto de la empresa o compañía hace referencia al beneficio obtenido tras hacer frente a los intereses e impuestos que requieren cada una de las obligaciones tributarias y financieras.

El activo total no es más que el valor actual de cada una de las inversiones económicas reflejadas en el balance de la empresa y, del mismo modo, también debe incluirse en él activos fijo, como son la maquinaria, las inversiones o los inmuebles de los que se dispone, y el activo circulante, que marca la capacidad de liquidez de la misma.

Cómo interpretar el ROA

El ROA es una herramienta capaz de indicar a los posibles inversores o interesados en la empresa cuál es el verdadero potencial de esta a la hora de recuperar el dinero invertido y, del mismo modo, con qué rapidez este genera nuevos ingresos.

Por lo tanto, cuanto más alto es el porcentaje de ROA obtenido tras realizar el cálculo, menor será la cantidad necesaria, a la hora de invertir, para conseguir beneficios. 

Para que se comprenda mejor, aún sin tener conocimientos ampliados sobre contabilidad, pueden servir como guía los siguientes ejemplos:

La empresa A cuenta con un beneficio neto de 1 millón de euros y un valor activo de 5 millones.  Tras realizar el cálculo se obtiene un ROA del 20%.

Mientras que la empresa B aún con un beneficio neto de un 1 millón de euros, 

solo cuenta con un valor activo de 10 millones.

El resultado, por lo tanto, será justo la mitad que en el caso de la empresa A: un ROA del 10%.

¿Cómo se interpreta el ROA? La empresa A es capaz de generar el doble de beneficios con respecto a la inversión. Por esto, cuanto más alto sea el porcentaje de ROA de una empresa será más atractiva a ojos de posibles inversores.

Del mismo modo se debe entender que el porcentaje del ROA de la empresa está estrechamente ligado al tipo de industria. Y por esta misma razón, solo es comparable con empresas de un mismo sector.

De hecho, en términos generales, se contempla que siempre que el porcentaje del ROA supere el 5% es un indicador aceptable para la empresa.

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