La actividad mercantil es, ante todo, incertidumbre. En un entorno comercial cada vez más globalizado, y en un contexto como el actual, dominado por una gran inestabilidad en sectores económicos claves, la seguridad es un valor que cotiza más alto que nunca. Las empresas buscan obtener no sólo el máximo beneficio, sino, sobre todo, asegurarlo mediante información fiable que les permita apuntalar su permanencia a largo plazo. Es aquí donde juegan un papel crucial los indicadores financieros.
Gracias a estas herramientas podemos determinar el estado real en que se encuentra nuestra compañía, pudiendo así trazar planes realistas de futuro y transmitiendo confianza a nuestros eventuales inversores. En este sentido, uno de los indicadores más populares y útiles a la hora de valorar la rentabilidad a largo plazo de un proyecto económico, reconocido por el propio Banco de España, es el EBIDTA.
¿En qué consiste el EBIDTA?
EBIDTA son las siglas en inglés de Ganancias Antes de Intereses, Impuestos, Depreciación y Amortización (Earnings Before Interest, Taxes, Depreciation and Amortization). Se trata de un indicador que mide en términos cuantitativos la capacidad que tiene una empresa para producir beneficios de manera sostenible, enfrentándose a los principales gastos derivados de su actividad.
Dado que esta ratio calcula el beneficio bruto de explotación de la empresa antes de que se apliquen las deducciones por los gastos financieros y las obligaciones fiscales, el EBIDTA se muestra enormemente eficaz para comparar resultados entre distintas compañías más allá del efecto distorsionador que provocan las amortizaciones, la tributación y otros factores, obteniendo un reflejo mucho más fidedigno de la verdadera situación económica de la empresa.
Si bien no es un indicador oficial que contemplen las leyes contables, desde los años 90, propiciado por el boom de las tecnológicas, el EBIDTA se ha posicionado como uno de los indicadores más empleados para el estudio objetivo del crecimiento real de una compañía.
¿Cómo se calcula el EBIDTA?
Para calcular el EBIDTA tenemos que hablar, en primer lugar, de otro indicador muy parecido pero que no debe confundirse en ningún caso: el EBIT. Este acrónimo (Earnings Before Interest and Taxes) a menudo es referido como beneficio neto de explotación o ingreso operativo, ya que mide las ganancias de una empresa sin tener en consideración los intereses e impuestos a los que debe hacer frente.
Se calcula mediante la siguiente fórmula:
EBIT = Ingresos – Costes fijos – Gastos de administración y ventas
En esencia, consiste en deducir del total de ganancias obtenidas por la empresa la cantidad que corresponde a salarios, alquiler de inmuebles y maquinaria, intereses de deuda, impuestos, etcétera.
Una vez disponemos de esta cifra sólo nos basta sumar las cantidades de dotación de provisiones (lo que llamamos depreciación) y el valor de las amortizaciones, quedando por tanto la fórmula así:
EBIDTA = EBIT + Depreciaciones + Amortizaciones
Entendemos por depreciaciones la pérdida de valor que se deriva del efecto del paso del tiempo en los activos fijos de la empresa. Así, un camión, por ejemplo, experimentará una depreciación contable medible año tras año a causa del deterioro natural provocado por su uso.
Las amortizaciones, por su parte, hacen referencia también a la pérdida de valor contable de activos, aunque en este caso se centra en activos intangibles y diferidos, como deudas, créditos y otros pasivos.
¿Cómo se interpretan los resultados del EBIDTA?
En términos generales, podemos decir que un EBIDTA que arroja un resultado positivo supone que la empresa es rentable y la actividad que desarrolla puede sostenerse a medio o incluso largo plazo a priori. Este matiz implica que a través del EBIDTA estamos evaluando la capacidad de la compañía para generar beneficios por sí misma, es decir, más allá de efectos tanto estructurales como coyunturales que son ajenos al funcionamiento de la misma.
Precisamente, dado que este indicador anula las distorsiones producidas por los diferentes sistemas impositivos, el EBIDTA nos permite establecer comparativas reales entre empresas de distintos países o regiones, centrándonos exclusivamente en su viabilidad económica.
Asimismo, a la hora de interpretar los resultados del EBIDTA hemos de tener presente que este instrumento en ningún caso nos ofrece una imagen del estado financiero de la empresa. Es posible que una compañía incurra en una deuda importa para financiarse y acumule un importante pasivo, incrementando así la cifra del EBIDTA, sin que esto signifique que más adelante se vayan a obtener ingresos suficientes.
Si bien el EBIDTA proporciona información esencial y práctica para medir la solvencia de nuestro proyecto de forma rápida, para tener una imagen completa que ayude a componer un diagnóstico preciso de nuestra situación empresarial es necesario combinar éste con otros indicadores, además de tener en cuenta la idiosincrasia propia de cada sector productivo que estemos considerando, ya que la relación EBIDTA-viabilidad económica variará en función de cada caso.