El fondo de maniobra es una de las herramientas más sencillas y eficaces de las que dispone una pyme para comprobar su estado de salud financiera. Se trata de un indicador de liquidez que evalúa la capacidad de la empresa para hacer frente a sus obligaciones de pago y proseguir con el desarrollo de su actividad comercial en el futuro más inmediato.

Esta ratio, que también recibe el nombre de fondo de rotación o capital circulante (aunque también es frecuente encontrarlo por su nombre en inglés, working capital), agrupa todos los recursos que posee una empresa en un momento dado para asegurar su solvencia a corto plazo, lo que hace de ella un elemento imprescindible a la hora de ejercer un adecuado control presupuestario.

El fondo de maniobra se calcula atendiendo a la siguiente fórmula

FM = Activo Corriente (AC) – Pasivo Corriente (PC)

Pasemos ahora a examinar en detalle estos conceptos para comprender su importancia a la hora de interesarnos por la buena marcha de nuestra pyme.

Activo Corriente

También se le suele llamar Activo Circulante. El AC comprende todos aquellos bienes y derechos de pago que la empresa puede ejecutar antes de 12 meses.

Aquí se contarían elementos clave como el stock de ventas, las inversiones liquidables a corto plazo, las deudas de próximo cobro, el saldo de tesorería y, en general, cualquier otro activo que pueda aportar liquidez.

Pasivo Corriente

Recibe también el nombre de Pasivo Circulante o Pasivo Exigible.

En el PC se encuentran los pagos que la empresa debe hacer efectivos antes de un año, ya sea con proveedores, entidades financieras, administraciones públicas u otros acreedores. Asimismo, los gastos de gestión y los salarios pendientes se incluyen en este concepto.

¿Cómo se interpretan los resultados del fondo de maniobra?

Una vez aplicada la fórmula para calcular el fondo de maniobra de una pyme obtendremos tres posibles resultados, cada uno de ellos con implicaciones concretas que afectan de manera clara y directa a la continuidad de nuestro ejercicio empresarial.

FM > 0

Cuando el Activo Corriente supera al Pasivo Corriente decimos que el fondo de maniobra es positivo.  Se trata de la situación más deseable, ya que supone que la pyme no sólo se encuentra en situación de cumplir con todas sus obligaciones de pago a corto plazo, sino que cuenta con un excedente de activos de los que puede disponer para reinvertir y seguir creciendo.

FM < 0

El fondo de maniobra negativo se da cuando el Activo Corriente es menor que el Pasivo Corriente. Cuando esto ocurre, la pyme carece de liquidez para satisfacer sus deudas a corto plazo y se produce una suspensión de pagos. Ante este escenario, si no existe ningún otro medio que les permita financiarse con rapidez, es común que las empresas decidan declarar su insolvencia.

FM = 0

Esta circunstancia se da cuando el Activo Corriente iguala al Pasivo Corriente, lo que significa que el recurso principal con el que cuenta la empresa para financiarse en el corto plazo es su propio patrimonio, dependiendo en exceso de los préstamos que sólo pueden hacerse efectivos a más de un año vista. Es una situación de riesgo para la pyme, ya que un eventual retraso en las deudas exigibles puede provocar que no se esté en condiciones de afrontar las obligaciones más perentorias.

¿Qué debe hacer nuestra pyme en caso de que el fondo de maniobra sea negativo?

Sin duda es uno de los panoramas más temidos por los pequeños y medianos empresarios, sobre todo en tiempos de crisis, donde la constante incertidumbre sobrevuela cualquier operación comercial, por pequeña que sea, poniendo a prueba la fortaleza financiera de la pyme.

En caso de encontrarnos con un fondo de maniobra negativo, el principal peligro es que corremos el riesgo de vernos obligados a emplear nuestros activos no corrientes para atender al cumplimiento de las deudas más urgentes. 

Esto puede solucionar temporalmente el problema de liquidez, pero siempre a costa de comprometer la solvencia de la empresa a largo plazo, ya que nos estaremos desprendiendo de elementos vitales para sostener nuestra actividad.

No obstante, un fondo de maniobra negativo no tiene por qué ser necesariamente un hecho desastroso. Existen medidas que pueden adoptarse para revertir la situación, o al menos para paliar sus efectos más dañinos hasta que la empresa vuelva a contar con la capacidad de generar liquidez suficiente para estar al corriente de pagos.

El objetivo es llegar a un acuerdo con los acreedores para prorrogar los vencimientos de las deudas de la pyme, lo que proporcionará más tiempo para encontrar financiación.

A través de rebajas y ofertas una empresa puede aumentar sus ingresos de una forma rápida. Es una maniobra delicada, ya que tirar los precios en exceso puede provocar una notable pérdida de beneficios.

Es el nombre que se le da al anticipo de cobro de facturas de clientes fiables, lo que permite que los bancos adelanten dicha cantidad mediante el descuento de pagarés.

Hacienda ofrece a las empresas la posibilidad de solicitar un aplazamiento del pago de impuestos, cotas, tasas y otras obligaciones fiscales. De acuerdo con la Agencia Tributaria, es posible aplazar deudas de hasta 30.000 euros sin necesidad de presentar un aval. Esto incluye tanto la liquidación del IVA como el impuesto de sociedades y las retenciones del IRPF, pagos que hasta fecha reciente la ley no permitía aplazar.

  • Aconsejable únicamente como última opción. Pedir un préstamo bancario puede aliviar las cargas más inmediatas, pero supondrá aumentar los pasivos de la empresa en el futuro.

¿Es suficiente con tener un fondo de maniobra positivo?

Si bien contar con un fondo de maniobra positivo es un resultado beneficioso para toda pyme, conviene tener en cuenta que tomar en consideración únicamente este indicador no proporciona toda la información que necesitamos para tener una imagen fiel del estado financiero de nuestra empresa.

El fondo de maniobra, por ejemplo, no mide los diferentes grados de liquidez de los elementos que componen nuestro Activo Corriente, por lo que es aconsejable emplear otras magnitudes para llevar a cabo un análisis más profundo. Es el caso de la ratio de liquidez inmediata, que nos permite saber exactamente el total de deuda que podemos afrontar con nuestra tesorería.

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