El podcast ha revolucionado el panorama de la comunicación online en los últimos años. Lo ha hecho con un formato que, en apariencia, no se diferencia demasiado de los programas de radio tradicionales, aunque es evidente que ha sabido conectar con la audiencia de una forma nunca antes vista. En 2018 ya eran cuatro de cada diez los españoles que afirmaban ser oyentes habituales de podcasts. Esta tendencia se consolidó a partir de 2020, cuando el confinamiento significó que millones de personas descubrieran este mundillo como canal alternativo de entretenimiento e información. Para el año 2022, de acuerdo con los datos del Observatorio iVoox, nuestra cifra de consumo de podcasts alcanzaba las 9,5 horas semanales, lo que supone un aumento del 100% con respecto a 2021.

Está claro que el podcasting no es una moda pasajera alumbrada al calor del auge de las redes sociales, sino que se trata de un nuevo paradigma de creación de contenidos audiovisuales. No es de extrañar que este éxito esté siendo aprovechado tanto por particulares que sólo buscan un medio de expresión como por empresas y entidades que quieren llegar a un público más amplio.

Definición y objetivos

Un podcast es una serie de archivos digitales de audio que pueden ser escuchados mediante descarga de los mismos a un dispositivo o de forma directa a través de streaming. Se trata de un producto episódico en el que cada programa aborda un asunto diferente dentro de una misma línea temática, valiéndose para ello de distintos formatos que pueden ir desde el reportaje clásico a la entrevista en profundidad, pasando por todo un abanico de nuevas fórmulas y contenidos híbridos.

Si algo define realmente al podcast es su cercanía y su dinamismo. A diferencia de lo que ocurre con los medios de comunicación masivos, los podcast ofrecen un contenido capaz de adaptarse al sector de la audiencia a la que van dirigidos, dándole al feedback pleno sentido como herramienta de creación. De hecho, se puede afirmar que en gran medida son los consumidores quienes terminan siendo autores del podcast, renovando así su interés con la emisión de cada nuevo episodio.

Esto tiene un valor incalculable para las empresas en términos promocionales. Un negocio puede valerse del podcast no sólo como plataforma desde la que lanzar sus anuncios, sino como un espacio de relación directa con sus potenciales clientes, a los que puede fidelizar con relativa facilidad convirtiéndolos en copartícipes de los contenidos producidos.

Más que buscar un nicho propio que explotar dentro de una audiencia heterogénea, los esfuerzos de la empresa que se aventura en el universo del podcasting deben ir encaminados a formar y consolidar una comunidad. Es una nueva estrategia de identificación cliente-marca que se basa en la confianza y la integración, prescindiendo de esa perspectiva desfasada que contempla al target como un mero elemento pasivo sobre el que influir.

Además de para conectar con el oyente medio interesado por la temática de tu empresa, el podcast puede ayudarte como empresario a tejer una red de contactos. Es una excelente oportunidad para llevar a cabo labores de networking que serían muy difíciles en otros ámbitos.

Otra ventaja no menos importante que ofrecen los podcasts a las empresas es que son muy baratos de producir, sobre todo comparados con los costes de una campaña publicitaria clásica. Un podcast requiere una inversión más bien modesta para empezar (en realidad, cualquier persona con un micro y conexión a Internet puede lanzarse a crear contenido) y puede ir mejorándose paulatinamente la calidad según la recepción del público. En general, la relación gasto-resultado de este formato es positiva para el negocio.

¿Qué debe tener un buen podcast?

Un podcast es, ante todo, el resultado del trabajo y la dedicación de sus responsables. Es imprescindible contar con una buena organización de contenidos para que el mensaje que se quiere transmitir llega a la audiencia de la forma más clara posible. Esto se consigue con una escaleta que no sólo vehicule los puntos que se quieren abordar en cada programa, sino que sepa cómo acomodar espacios para la improvisación y la fluidez natural de sus protagonistas, pero controlando que el formato no pierda su esencia.

Debes definir tanto la temática como el tono en el que vas a dirigirte a la audiencia. Los consumidores de podcasts se fidelizan porque esperan encontrar en cada nuevo capítulo, más que un contenido determinado, un entorno que les resulte familiar y que profundice en asuntos por lo que previamente se hayan mostrado interesados. Si bien es recomendable probar distintos enfoques y fórmulas, un buen podcast debe saber mantenerse dentro de las señas de identidad que lo convierten en un producto reconocible para su público. 

Elige un tema o línea argumental que desarrollar, un estilo de locución característico y capaz de conectar, una presentación llamativa por su originalidad, una periodicidad que se ajuste a los hábitos de tu audiencia y tendrás los ingredientes básicos para producir un buen podcast corporativo.

(3, basado en 2 opiniones)

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