Toda página web, desde un completo ecommerce con tienda propia a un sencillo blog, necesita de un hosting para poder mantenerse online. Sin embargo, pese a ser algo tan universalmente necesitado, o quizás precisamente a causa de esto, hay multitud de formas de contratar o disponer de un hosting.
Esto es lo más importante que debes saber acerca de qué es un hosting y cómo funciona.
Qué es un hosting
Toda página web necesita de un servidor o hosting que la mantenga online para que sea posible acceder a ella en internet. En este sentido, un servidor no es otra cosa que un equipo informático físico, un computador, que funciona de forma continua para mantener uno o varios servicios y sitios online. Se encarga de alojar físicamente los datos del sitio web y de enviar a los visitantes aquellos que sean necesarios para que puedan disfrutar de su contenido de forma óptima cada vez que un usuario teclea la dirección de la web en la barra de su navegador.
Por supuesto, es posible alojar uno mismo su propia página o sitio web, pero esto requiere de conocimientos avanzados de informática, además de ser necesario mantener el equipo que hará de servidor en constante funcionamiento.
Lo que un servicio de hosting hace es alojar tu página web en sus propios equipos, además de encargarse de mantener una buena seguridad de los datos y de dar soporte a sus clientes. Almacena los datos, bases de datos y medios necesarios, además de ocuparse de, como es lógico, el mantenimiento de sus propios equipos informáticos. En otras palabras, se ocupan de todo lo que respecta al alojamiento online del sitio web.
Tipos de hosting
Hosting compartido
Este es el tipo de hosting más común con diferencia, al menos en cuanto a sitios web relativamente sencillos se refiere. Dado que es bastante raro que un sitio web tenga una cantidad de datos tan grande como para necesitar un servidor completo para sí mismo, en un hosting compartido un solo servidor aloja los recursos de distintos usuarios.
Cada uno tiene su propia cuenta y solo puede acceder a sus archivos, además de compartir también entre ellos los recursos de RAM, CPU y espacio de almacenaje del servidor. Se trata del servicio más común y barato porque la mayoría de webs no necesitan tantos recursos, pero también cuenta con la pega de que si de repente una de las webs alojadas empieza a acaparar recursos como CPU o tráfico, las otras pueden verse afectadas. Algunos servicios y proveedores toman medidas para evitar que esto ocurra, aislando las distintas cuentas de forma que se garantice la estabilidad independiente de cada una.
Existen hosting compartidos dedicados expresamente a determinados contenidos, como a páginas de WordPress o ecommerce.
Hosting VPS
Son las siglas de Servidor Virtual Privado. Se trata de una modalidad en que se sigue compartiendo servidor con otros usuarios, pero en este caso el hosting asigna al usuario una partición separada, con su espacio y recursos de memoria dedicados exclusivamente.
Son una gran opción para empresas medianas o con tráfico en crecimiento, pues es muy sencillo escalar los recursos a los que se tiene acceso de forma personalizada. Por el contrario, es más caro y requiere de ciertos conocimientos de administración de servidores.
Cloud hosting
Esta es una de las modalidades más seguras y de confianza actualmente, pues el proveedor proporciona todo un grupo de servidores y los archivos, datos y recursos se replican en cada uno de ellos, haciendo muy difícil o casi imposible perderlos.
Si uno de los servidores de la nube se encuentra ocupado, en mantenimiento o con cualquier otro problema, simplemente uno de los otros toma su lugar, permitiendo un tiempo de inactividad prácticamente inexistente.
Servidor dedicado
Las empresas más grandes o con necesidades más exigentes recurren a un servidor dedicado, que significa que cuentan con su propio servidor físico exclusivo para su uso. Esto conlleva un costo muy superior, pero también una flexibilidad enorme en cuanto a manejo de la web, configuración y recursos.
Es una opción solo recomendada para sitios web que vayan a soportar un tráfico muy pesado, y requiere de grandes conocimientos técnicos para poder aprovecharla totalmente.