Cuando se habla del público objetivo o el target de una empresa, es muy común recurrir al concepto de su mercado meta. Aunque puede sonar a término complejo reservado a los profesionales del marketing, la realidad es muy distinta: se trata de un concepto sencillo que cualquiera con nociones básicas de marketing puede entender.
De hecho no solo puede entenderlo, sino que es muy buena idea hacerlo, y es que los negocios de cualquier tipo y tamaño pueden beneficiarse en gran medida de la correcta utilización de estas herramientas básicas de marketing.
Mercado meta: definición
Cuando hablamos de qué es mercado meta nos referimos a un concepto muy sencillo: el segmento de mercado al cual una empresa dirige sus servicios o productos, y por tanto también sus esfuerzos de marketing. Ya está, así de sencillo. O dicho de otra forma, el grupo de clientes potenciales de una empresa.
Sin embargo, aunque puede parecer básico y algo evidente, su puesta en práctica no lo es tanto: establecer con fiabilidad el mercado meta de cada empresa es vital para poder obtener un buen rendimiento de sus inversiones en publicidad y visibilidad.
Pero visto esto, ¿en qué se diferencia entonces el mercado meta del público objetivo? Son dos conceptos estrechamente relacionados, pero no sinónimos. El mercado meta se trata de una primera segmentación, mucho más amplia y también general, mientras que el público objetivo son las diferentes y nuevas segmentaciones que se establecen dentro de ese mercado.
Si, por ejemplo, estuviésemos hablando de una empresa de monitores de ordenador, su mercado meta serían las personas de entre 12 y 60 años que tengan un ordenador de sobremesa o una empresa en que se trabaje con ellos, mientras que un público objetivo podrían ser los hombres de 22 a 30 años con un pc gaming en casa.
Tipos de mercado meta
Podemos diferenciar 4 grandes tipos de mercado meta en función de los criterios de segmentación que usamos para agrupar a los diferentes tipos de consumidores.
Mercado meta demográfico
Cuando la característica que usamos para agrupar a los clientes ideales es alguna como la edad, el sexo, su nivel de formación, su ocupación o sus ingresos, entre otras variables demográficas, tenemos justamente un mercado meta demográfico. Se trata de un mercado meta muy útil para ofrecer una gran personalización para el cliente, aumentando también por tanto la experiencia de este. Esto se debe a la gran cantidad de datos que nos ofrece este tipo de clasificación, pues se cuenta con perfiles mucho más completos, y es por ello uno de los mercados meta más utilizados al elaborar estrategias de marketing.
Mercado meta psicológico
Otro tipo habitual de mercado meta es aquel que depende de los rasgos psicológicos intrínsecos del consumidor. Se trata de variables como su personalidad, su estilo de vida y sus valores o intereses. Este mercado estudia no solo cuáles son las pautas psicológicas del cliente ideal, sino también qué es lo que lo motiva a comportarse como lo hace, aún cuando en muchos casos estos factores son inconscientes. Cuando se elabora un mercado meta de estas características, la empresa suele buscar la vía para ofrecer a su cliente ideal ofertas lo más relevantes posibles.
Mercado meta geográfico
La segmentación geográfica es también una de las más intuitivas cuando se piensa en formas de segmentar a un grupo de personas. Sin embargo y dadas las características del marketing actual, en que la localización física no siempre es una característica de primera importancia, se trata de un tipo de clasificación más circunstancial. Consiste simplemente en agrupar a los consumidores o clientes según zonas geográficas limitadas, como un país, una ciudad o incluso un barrio. Se trata de una clasificación útil para pequeñas empresas locales y para aquellas que sí dependen claramente de su ubicación, como la hostelería o servicios de ocio.
Mercado meta conductual
Uno de los mercados meta más complejos, y a la vez con más potencial, es aquel que estudia cómo funciona el mecanismo de toma de decisiones de las personas a lo largo de todo el proceso de compra o contratación de un producto. Un mercado meta conductual busca comprender si sus clientes compran por impulso o por el contrario llevan a cabo una cuidadosa investigación antes, o cómo se sienten antes y después de realizar la compra de su producto, por poner algunos ejemplos. La actitud que toman las personas ante determinadas marcas o cómo reaccionan a diferentes estímulos son las bases del método conductual, que busca la forma de influir más eficientemente en la opinión y comportamiento del comprador.